Joachim Neander, 1680 (Lobe den Herren); Federico Fliedner (1845–1901).
Alma, bendice al Señor, Rey potente de gloria;
De sus mercedes esté viva en ti la memoria.
¡Oh, Despertad, arpa y salterio! Entonad
Himnos de honor y victoria.
Alma, bendice al Señor que a los cielos gobierna,
Y te conduce paciente con mano paterna;
Te perdonó, De todo mal te libró,
Porque su gracia es eterna.
Alma, bendice al Señor, de tu vida es la fuente,
Que te creó, y en salud te sostiene clemente.
Tu defensor en todo trance y dolor,
Su diestra es omnipotente.
¡Alma, bendice al Señor y su amor infinito!
Con todo el pueblo de Dios su alabanza repito:
Dios, mi salud, de todo bien plenitud.
¡Seas por siempre bendito!