A solas al huerto yo voy,
Cuando duerme aún la floresta;
Y en quietud y paz con Jesús estoy,
Oyendo absorto allí su voz.
Coro
¡El conmigo está, puedo oír su voz!
Y que suyo, dice, seré;
Y el encanto que hallo en él allí,
Con nadie tener podré.
Tan dulce es la voz del Señor,
Que las aves guardan silencio;
Y tan sólo se oye su voz de amor,
Que inmensa paz al alma da.
Coro
Con él encantado yo estoy,
Aunque en torno llegue la noche;
Mas me ordena ir, y a escuchar yo voy,
Su voz doquier la pena esté.
Coro