Charles Wesley, 1738; Tomás M. Westrup (1837–1909).
Hollingside, John B. Dykes, 1860 (🔊 pdf nwc).
Cariñoso Salvador,
Huyo de la tempestad,
A tu seno protector,
Fiándome de tu bondad.
Sálvame, Señor Jesús,
De las furia del turbión,
Hasta el puerto de salud,
Guía tú mi embarcación.
Otro asilo no he de hallar,
Indefenso acudo a tí;
Voy en mi necesidad,
Porque mi peligro vi.
Solamente, tú, Señor,
Puedes dar consuelo y luz;
A librarme del temor
Corro a ti, mi buen Jesús.
Cristo, encuentro todo en tí,
Y no necesito más;
Débil, me pusiste en pie;
Triste, tu amor me das;
Al enfermo das salud;
Guías tierno al que no ve;
Con amor y gratitud
Tu bondad ensalzaré.