Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.@Salmos 51:10

Anónimo.

George J. El­vey, 1868 (🔊 pdf nwc).

retrato
George Elvey (1816–1893)
National Portrait Gallery

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Dame, te ruego, Señor un co­ra­zón
Limpio, lavado en tu sangre sin par,
Libre de toda pasión mun­dan­al,
Cual sólo tú, ¡oh!, Jesús, pued­es dar.

Un corazón limpio de mal,
Lleno de amor, ¡quién me lo pue­de dar?
Sólo Jesús, quien por mi mal,
Vino a morir sobre la cruenta cruz.

Dame, te ruego, Señor un co­ra­zón
Siempre tranquilo, confiado en tu amor,
Listo a seguir en tus pasos, do­qui­er
Quieras enviarme, divino Señor.

Dame te ruego, Señor, un co­ra­zón
Lleno de santo, divino po­der;
Lleno de Fuego, potente, efi­caz,
Lleno de fe y podré así ven­cer.

Dame te ruego, Señor, un co­ra­zón
Apto a crecer en la gracia y el bi­en,
Para que así como tú pueda ser,
Hasta que llegue a gozar en tu Ed­én.